El 28 de diciembre de 1895, los privilegiados que acudieron al Salon Indien du Grand Cafe de París tuvieron la ocasión de contemplar un espectáculo único e irrepetible: el nacimiento del cine. Y es que ese fue el día que escogieron Auguste Marie Louis Nicolas y Louis Jean Lumière, más conocidos como los Hermanos Lumière, para mostrar al gran público las primeras filmaciones que habían realizado desde el verano de 1894, unos meses después de patentar el cinematógrafo.
Aunque a lo largo de 1895 exhibieron en diversas sociedades científicas las cintas que habían ido grabando, no fue hasta finales de año que se decidieron a organizar una sesión de pago fuera del ámbito universitario y abierta a cualquier persona que quisiera asistir.
Ante la mirada atónita de los asistentes, los Hermanos Lumière proyectaron un total de 10 documentales de aproximadamente 50 segundos y la primera película de ficción jamás rodada, El regador regado.
Entre las filmaciones que mostraron se encontraba La salida de los obreros de la fábrica Lumière en Lyon Monplaisir, grabada en marzo de ese año.
Curiosamente, durante años los Hermanos Lumière pensaron que el cine no tenía ningún futuro, que la gente no iba a pagar por ver películas y que no podrían ganar dinero él. De ahí que al final abandonaran la producción cinematográfica. Quién les iba a decir que unas décadas más tarde se iba a generar una industria potentísima capaz de mover miles de millones de euros anuales en torno a su invento.