Que un bloque de pisos se caiga hacia atrás ya es de por sí surrealista, pero aún lo es más si tenemos en cuenta que al edificio del vídeo, situado en la ciudad china de Shanghái, tan sólo le faltaban los últimos retoques antes de que entraran a vivir sus futuros inquilinos. Vamos, que era nuevecito.
Milagrosamente, en el accidente sólo ha muerto un trabajador. De haberse producido el derrumbe unas semanas más tarde, podrían haber fenecido cientos de personas. Y es que la constructora ya tenía vendidos 489 de los 629 pisos de los que consta el complejo en el que se encuentra este bloque.
Las primeras investigaciones apuntan a que la causa de la caída se encuentra en el movimiento de tierras que decidió llevar a cabo la empresa encargada de las obras para construir un aparcamiento al lado del edificio y a la erosión constante a la que se han visto sometidos los cimientos al estar situados a tan sólo 30 metros del río Dianpu. La mala calidad de los materiales empleados, la mejorable formación de los trabajadores y la corrupción endémica que asola el gigante asiático han hecho el resto.