En la constelación de Perseo, a unos 1.000 años luz de distancia, se encuentra el cúmulo estelar IC 348. Se estima que se formó hace unos 2 millones de años y contiene unas 400 estrellas, la mitad de la cuales poseen un disco circunestelar, una estructura de gas y polvo con forma de anillo que rodea a los astros.
Este cúmulo es el hogar de, al menos, tres enanas marrones, unos objetos subestelares que se sitúan entre los planetas gigantes gaseosos y las estrellas debido a que no poseen la suficiente masa como para fusionar hidrógeno en sus núcleos mediante reacciones nucleares.
Las observaciones llevadas a cabo por el telescopio espacial James Webb han puesto de manifiesto que estas enanas marrones tienen menos de ocho veces la masa de Júpiter. La más pequeña de ellas apenas es tres ó cuatro veces más masiva que dicho planeta, un descubrimiento que, de acuerdo a la Agencia Espacial Europea (ESA), pone en tela de juicio las teorías actuales sobre los procesos de formación estelar.
En la imagen superior, captada con la cámara del infrarrojo cercano NIRCam que equipa el James Webb, se aprecian los filamentos de gas y polvo que forman parte de la nebulosa en la que se halla IC 348 y que reflejan la luz procedente de los centenares de estrellas que éste contiene.