Elon Musk ha presentado una demanda contra OpenAI y su CEO, Sam Altman, en la que alega que el afán de lucro ha llevado a la empresa a abandonar sus principios fundacionales de desarrollar la inteligencia artificial para beneficiar a la humanidad.
El multimillonario de origen sudafricano sostiene que las inversiones masivas que ha realizado Microsoft han transformado a OpenAI en una filial de facto del gigante de Redmond centrada en maximizar sus beneficios económicos.
Ello constituye, según Musk, un incumplimiento del acuerdo al que llegaron Musk, Altman y Greg Brockman, presidente de OpenAI, cuando fundaron la compañía en 2015. Por aquel entonces, unos y otros se comprometieron a dar forma a un proyecto sin ánimo de lucro y a que su tecnología fuese de código abierto.
Musk, que ya no conserva su participación en OpenAI, considera que el hecho de que el algoritmo del modelo de lenguaje de gran tamaño GPT-4 no sea público contradice esos estatutos. Aduce, además, que detrás de estas decisiones se esconden consideraciones comerciales y no de seguridad y que ahora esta tecnología pertenece de facto a Microsoft.
La demanda pretende que la justicia obligue a OpenAI a que retorne a los principios bajo los que se fundó y deje de beneficiar económicamente a Altman, Brockman y Microsoft, a quien califica de la mayor empresa del mundo.
Precisamente esta semana, el presidente de Microsoft, Brad Smith, concedió una entrevista al Financial Times en la que insistió en que consideran a OpenAI un socio comercial importante pero que no la controlan a pesar de haber invertido 13.000 millones de dólares en la misma.