Uno de los complementos que semana tras semana más gente descarga para Firefox es AdBlock Plus, una extensión que permite bloquear la publicidad de los sitios web que visitamos. Su enorme popularidad es prueba de que cada vez hay más internautas que desean acceder a los contenidos de sus webs favoritas sin tener que lidiar con los anuncios que en ellas aparecen. Pero, ¿es eso justo?
Existen incontables páginas que están inundadas de banners y más banners que reclaman nuestra atención y nos dificultan la navegación y el acceso a la información que andamos buscando. Las empresas -o particulares- que las llevan están en su derecho de colocar tantos anuncios como consideren necesarios para sacar el máximo partido económico al tráfico que les llega, pero da la sensación que olvidan que son precisamente este tipo de actitudes tan poco respetuosas con los visitantes las que impulsan a millones de personas a instalarse plugins que filtran la publicidad.
Aún así, ¿no creéis que si nos molesta el exceso de publicidad de determinadas páginas lo más consecuente sería que las dejásemos de visitar en lugar de optar por utilizar plugins como AdBlock Plus que al final acaban perjudicando económicamente a muchos otros sitios?
En ningún caso estoy insinuando que se deba hacer click en los banners de las webs que nos gustan simplemente porque sí. Sería absurdo. Lo que en cambio trato de explicar es que, si nos paramos a pensarlo, no es demasiado lógico que dejemos que la financiación de nuestros blogs, portales, foros, redes sociales o diarios favoritos corra por completo a cargo de los usuarios que llegan de los buscadores.
Tengo la firme convicción de que conforme vayan pasando los años la utilización de este tipo de filtros va a ir a más y se va a convertir en mayoritaria. De hecho, no me cabe la menor duda de que si el 99% de los internautas no los usan hoy en día es, sencillamente, porque no saben de su existencia.
Es una realidad con la que tendremos que lidiar próximamente todos aquellos que dispongamos de un espacio en la Red. La cuestión es: ante un escenario como el que se aventura, ¿cómo se financiarán los proyectos de Internet? Porque nos guste o no la publicidad es la base sobre la que se asientan económicamente los portales actuales.
Si tenemos en cuenta que quienes han optado por modelos basados en suscripciones obligatorias de pago han fracasado estrepitosamente y que, incluso, prácticamente nadie está dispuesto a abonar un céntimo por acceder a determinados contenidos premium, ya me diréis.
No sé, quizá deberíamos hacernos a la idea de que tampoco es un esfuerzo tan grande el visualizar los anuncios que muestran nuestras webs de cabecera y, en caso de que alguna vez nos interesen los productos que ofrecen, colaboremos haciendo click sobre los mismos.
Ah, se me olvidaba, utilizo AdBlock Plus desde hace siglos. Lo digo para que, tras leer esta entrada, nadie se imagine cosas que no son