La lista de satélites del Sistema Solar que albergan grandes cantidades de agua en estado líquido podría verse ampliada si se confirman los datos que aporta un estudio publicado en la revista Nature en el que se afirma que Mimas, una de las lunas de Saturno, podría ocultar un océano bajo su superficie.
Mimas es la luna con una órbita más cercana a Saturno, que completa en tan solo 22 horas. Es, además, el objeto astronómico más pequeño que posee una forma redondeada debido a su propia gravedad de todos cuantos se han descubierto hasta la fecha.
Los análisis realizados concluyen que las particularidades de su órbita son imposibles de explicar sin la presencia de un océano interno. Y es que, apuntan, cada cierto número de órbitas, su periodo de rotación se torna más veloz, mientras que, en otras ocasiones, pasa a ser más lento de lo habitual.
Los investigadores que han publicado este paper sostienen que la explicación más plausible para este fenómeno es la existencia de un océano situado bajo la superficie rocosa de Mimas, a una profundidad de entre 20 y 30 kilómetros.
También indican que su existencia se remonta a unos 25 millones de años atrás, cuando el calor procedente de las fuerzas de marea que genera su proximidad a Saturno llegó a tal punto que empezó a derretir su capa interna helada. Los cálculos realizados apuntan a que sólo en los 2 ó 3 últimos millones de años podría haber alcanzado un tamaño considerable.
En su estudio han utilizado los datos recopilados por la misión Cassini, que entre 2004 y 2017 estuvo orbitando en torno a Saturno y sus satélites naturales y visitó Mimas en dos ocasiones: una en agosto de 2005, cuando se aproximó a 62.700 kilómetros, y otra en febrero de 2010, cuando se situó a tan solo 9.500 kilómetros.