Todos los días, sin que falte uno, las cuentas de correo de millones de usuarios se ven inundadas por decenas, en ocasiones cientos, de mensajes no solicitados que persiguen engañar al destinatario y tratar de que pique en alguno de los enlaces que incluyen en su interior para venderle algún producto o para robarle sus datos personales.
Cuantificar con exactitud la cantidad de spam que se envía a diario en el mundo se antoja poco menos que imposible, pero probablemente estemos hablando de miles de millones de correos al día. Visto lo visto, siempre me había preguntado cuál era el porcentaje de éxito de este tipo de correos. Es decir, cuántos mensajes deben enviar los spammers para conseguir que algún incauto les responda y les haga ganar dinero.
Esa cuestión ha encontrado respuesta, al menos parcialmente, en un estudio que han elaborado 7 profesores de las universidades de California, Berkeley y San Diego. Estos se infiltraron en la red Storm, utilizada por los que se dedican a este negocio para repartir toneladas de correos basura, y durante 26 días enviaron hasta 350 millones de mensajes no solicitados con supuestas ofertas farmacéuticas mientras recopilaban datos.
Una vez finalizado el trabajo de campo, en el que usaron más de 75.000 ordenadores hackeados que les sirvieron para distribuir el spam, comprobaron cómo únicamente 28 personas respondieron. Es decir, sólo 1 de cada 12.500.000 mensajes consiguió su fin.
El porcentaje es bajísimo, pero aún así no me cabe la menor duda de que muchos se forran con este tipo de actividades. Sólo así se explica que el spam, lejos de disminuir, aumente cada año que pasa ante la pasividad y/o impotencia de las autoridades de turno, que poco o nada hacen para acabar con esta lacra.