Un grupo de científicos de la Universidad de Sydney han desarrollado un chip óptico que podría permitir a los operadores de telecomunicaciones ofrecer a sus clientes velocidades de acceso a Internet de hasta 640 Gb/s. O lo que es lo mismo, cada segundo se podría transmitir la información almacenada en 17 DVDs.
Según afirman los autores del estudio, el chip es muy barato de producir y podría ser comercialmente viable en un periodo aproximado de 5 años. Como casi siempre en estos casos, parece que será Japón el primer país en el que se instalará una red que exprima las ventajas que aportará esta nueva tecnología.
Ya sea con éste o con otro desarrollo, es obvio que en los próximos años las velocidades de acceso a la Red van a continuar aumentando progresivamente al menos en la misma medida en que lo han venido haciendo durante el último lustro. Desde luego, no sé si en el 2015 navegaremos a 640 Gb/s o ‘sólo’ a 1 Gb/s, pero que lo haremos mucho más rápido que ahora es evidente.
Y eso es algo que, mucho me temo, debe tener con la mosca detrás de la oreja a productoras de cine, discográficas y entidades gestoras de los derechos de autor en general. Y es que, supongo, más de uno pensará que «¡maldita evolución tecnológica que permite a los piratas consumidores disponer año a año de mejores conexiones y discos duros de más capacidad para robarnos exprimir al máximo los programas P2P!»