TorrentSpy llegó a ser en su momento uno de los mayores buscadores de trackers para BitTorrent de Internet. Tanto es así que en agosto del año pasado, cuando daba sus últimos coletazos, se calcula que tenía en su base de datos más de 1.000.000 de torrents indexados y cada día se añadían varios miles más.
Pero su éxito, lejos de cubrir en dólares a sus administradores, los ha acabado conduciendo a la perdición. Y es que la Motion Picture Association of America (MPAA), la organización que agrupa a las grandes productoras cinematográficas estadounidenses, emprendió una batalla judicial contra este sitio en febrero del 2006 y acusó a sus propietarios de permitir que millones de personas de todo el mundo pudieran descargarse películas gratuitamente.
Tras un año y medio de juicio, el pasado mes de diciembre la corte encargada del caso hizo pública su sentencia y ésta no pudo ser peor para los intereses de TorrentSpy. El magistrado reconoció la ilegalidad de los actos llevados a cabo por los webmasters del portal y además los acusó de haber incurrido en un delito de falso testimonio al tratar de ocultar que habían destruido sistemáticamente evidencias de lo que había acaecido en su sitio.
Desde entonces lo único que quedaba por saber era la cuantía de la multa que los administradores de TorrentSpy deberían abonar a la MPAA. Finalmente, ayer se dio a conocer la cifra en cuestión, y ésta, sencillamente, alucinante: ¡110 millones de dólares! O lo que es lo mismo: 30.000 dólares por cada uno de los 3.700 archivos por los que las productoras demandaron al sitio.
Es evidente que los propietarios de TorrentSpy no van a poder hacer frente a ese pago, pero en cualquier caso lo más importante de esta sentencia, desde el punto de vista de la MPAA, es que refuerza sus postulados y lanza un mensaje muy claro a todos aquellos estadounidenses que tengan o estén pensando en montar un portal con trackers de BitTorrent. Ahora ya saben a lo que se enfrentan.