En 1973 Richard Nixon era presidente de EEUU, Alekséi Kosygin de la hoy extinta URSS, Microsoft y Apple aún no habían sido fundadas y Larry Page y Sergey Brin, los creadores de Google, eran sólo un par de bebés. Nada de eso impidió que ese año apareciera la primera producción de Hollywood que utilizó imágenes generadas por ordenador como método para crear efectos especiales nunca vistos hasta entonces. Su nombre: Westworld, almas de metal.
Dirigido por Michael Crichton y con actores tan conocidos como Yul Brynner o James Brolin, este film de ciencia ficción estaba ambientado en un futuro en el que una empresa había montado un parque de atracciones de nueva generación en el que se simulaban tres épocas históricas distintas: la antigua Roma, la Edad Media y el salvaje Oeste norteamericano.
Para conseguir una mayor inmersión de los visitantes, cada uno de estos escenarios estaba habitado por robots de aspecto humano que iban caracterizados con los atuendos de la época a la que pertenecía la zona en la que se encontraban e interactuaban con la gente para hacer más creíble el conjunto.
He aquí el tráiler original de la película:
A lo largo de la película, la productora utilizó gráficos generados por ordenador en 2D para representar el punto de vista del robot-pistolero que interpretaba Yul Brynner. Para lograr tales efectos, hicieron uso de imágenes rasterizadas, más conocidas hoy en día como bitmaps. En el vídeo que tenéis bajo estas líneas (en español por cierto) hay una escena en la que se puede comprobar el resultado que consiguieron:
Una curiosidad para acabar: la primera película en utilizar imágenes en 3D fue precisamente la secuela de Westworld, que llevó por título Futureworld (Mundo Futuro). Se estrenó en 1976 y en ella Edwin Catmull y Fred Parke, por aquel entonces todavía estudiantes de la Universidad de Utah, hicieron uso de los ordenadores de la época para generar digitalmente la cara y una mano de Peter Fonda y mostrarlas en pantalla con un aspecto «realista».