A mediados del mes de febrero, el sistema de CAPTCHAs que utilizaba Google en las cuentas de GMail para asegurarse en la medida de lo posible de que sólo los humanos pudieran registrarse fue hackeado, lo que dio lugar a que cientos de miles de bots de spammers pudieran crearse cuentas que usaron para enviar toneladas de mensajes basura a incontables correos.
Tal circunstancia ha llevado a que diversas empresas que proveen software anti-spam hayan ralentizado o incluso bloqueado los mails procedentes de determinadas IPs de Google Mail tras detectar que desde las mismas llegaban enormes cantidades de spam.
¿El problema? Que desde esas mismas direcciones se servían, y se sirven, correos no fraudulentos, lo que ha ocasionado que particulares y empresas que hacen un uso legítimo de los servicios de GMail no hayan podido hacer llegar los mensajes que habían escrito a sus destinatarios. En otros casos se han encontrado con que estos han hecho acto de aparición en la bandeja de entrada de la persona a quien se lo habían enviado, es cierto, ¡pero con hasta con 24 horas de retraso!.
El número de afectados es de «tan sólo» unos cuantos miles de personas, pero desde las empresas anti-spam se ha advertido que el bloqueo de mails procedentes de cuentas de GMail se incrementerá con toda seguridad en las próximas semanas si Google no consigue cerrar el agujero de seguridad que tiene con su sistema de CAPTCHA.