Quién lo hubiera dicho hace sólo unos meses, pero lo cierto es que los proveedores de acceso a Internet europeos se están revelando contra las prácticas de las discográficas y sus continuas peticiones para que sean las mismas telecos quienes espíen y denuncien a sus propios usuarios.
La veda se abrió la semana pasada cuando IKT Norway, una asociación que integra a los grandes ISP de Noruega, emitió un duro comunicado en el que se quejaba de las prácticas de la MPAA y afirmaba categóricamente que en un estado democrático sólo los cuerpos policiales y los jueces tienen la potestad de investigar actos que puedan atentar contra las leyes y dictaminar las sentencias correspondientes.
En esta ocasión ha sido Charles Dunstone, CEO de Carphone Warehouse, quien ha criticado a la British Phonographic Industry (BPI) por idénticos motivos y ha dejado bien claro que su empresa es una operadora de telecomunicaciones cuyo trabajo no es en ningún caso el de ejercer de policía de Internet.
Dunstone ha esgrimido que ellos proveen de acceso a la Red a millones de usuarios, pero que ni controlan ni van a controlar las páginas a las que estas personas entran ni lo que se descargan. Es más, ha manifestado que bajo ninguna circunstancia desconectarán a nadie porque un sello musical o una entidad gestora de los derechos de autor se lo pida.
Así pues, y tras estas declaraciones, cada día parece más claro que el plan anunciado por Nicolas Sarkozy para acabar con la supuesta piratería y que tenía como medida más polémica la desconexión de aquellos usuarios que se bajaran música o películas mediante programas P2P no va a tirar adelante. Tiempo al tiempo sino.