Minutos después de que Microsoft haya hecho oficial que ha completado la adquisición de Activision Blizzard, el controvertido CEO de esta última, Bobby Kotick, ha enviado un correo electrónico a sus empleados que ha tenido a bien hacer público en el que expone que va a continuar en su cargo hasta finales de año para facilitar una transición fluida que permita una integración exenta de problemas.
Kotick ha señalado que Phil Spencer, CEO de Microsoft Gaming, le ha solicitado personalmente que permanezca como CEO de Activision Blizzard y que ambos han acordado que seguirá hasta que acabe 2023. El mensaje suena a despedida, puesto que sugiere que, con la llegada de 2024, abandonará sus funciones.
Como máximo accionista de Activision Blizzard, se estima que Kotick se embolsará unos 520 millones de dólares por la venta de la compañía. Una cifra que será posible después de que Microsoft haya desembolsado 68.700 millones de dólares en esta operación.
Los 30 años que ha pasado como CEO de Activision Blizzard han estado marcados por un éxito indudable a nivel económico, pero también por acusaciones de sexismo, de imponer una cultura de trabajo tóxica e, incluso, por no haber informado al consejo de administración de las denuncias de violación presentadas por algunas empleadas.
Es un secreto a voces que buena parte de los trabajadores de Activision Blizzard lo querían fuera de la empresa. Un deseo que, si no se tuercen mucho las cosas, se va a hacer realidad en sólo unos meses. Falta por saber quién será la persona que Microsoft nombrará para sustituirle.