Samsung ha presentado su previsión de resultados del tercer trimestre de 2023, en el que prevé un beneficio operativo de 2,4 billones de wones (1.688 millones de euros), lo que supone una caída del 78% en comparación con los 10,85 billones de wones (7.596 millones de euros) que obtuvo en el mismo periodo de 2022.
El gigante surcoreano ha indicado que esos resultados se deben a la incerteza económica a escala global, que ha frenado el consumo y las ventas de todo tipo de productos tecnológicos. Ello, a su vez, ha ocasionado que los grandes fabricantes de este tipo de dispositivos hayan reducido la compra de chips, lo que ha repercutido negativamente en las cuentas de Samsung.
De hecho, el debilitamiento en las ventas del sector de la telefonía móvil ha llegado a tal punto que los analistas apuntan que va camino de sufrir su peor año de la última década, con descensos acumulados que oscilan entre el 15% y el 20%.
Una realidad que está afectando a empresas como Samsung que, no sólo venden smartphones, sino que, además, también surten de módulos de memoria DRAM y de chips NAND a multitud de fabricantes.
A este respecto, Samsung ha indicado a sus accionistas que prevé una recuperación gradual de la economía, y con ello de la demanda mundial de equipos tecnológicos, a partir de finales de año y una vuelta a la normalidad en 2024. Ello, señala, debería conducir a un incremento de los beneficios gracias al impulso en las ventas del negocio de los componentes electrónicos.