La NASA ha dado a conocer que este verano ha sido el más caluroso a nivel mundial desde que se empezaron a tomar registros en 1880. De acuerdo a los datos recopilados por los científicos del Instituto Goddard de Estudios Espaciales, un laboratorio adherido a la agencia estadounidense, durante los meses de junio, julio y agosto la Tierra ha experimentado temperaturas que, en promedio, han sido 1,2 °C más elevadas que las habituales en esta época del año.
Los efectos de esta canícula sin precedentes se han dejado sentir en gran parte del globo, con olas de calor sin precedentes en Europa, Sudamérica, Japón o Estados Unidos, incendios forestales devastadores en amplias regiones de Canadá y Hawái y lluvias torrenciales que han azotado Grecia, Italia y el centro del continente europeo.
Bill Nelson, administrador de la NASA, ha lanzado una vez más la voz de alarma y ha advertido que el calentamiento global es una amenaza para nuestro planeta que condicionará las vidas de las generaciones futuras. Por su parte, Josh Willis, oceanógrafo del Laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA, ha explicado que las olas de calor que sufrimos actualmente son más largas y calurosas que nunca y son consecuencia directa del incremento de los gases de efecto invernadero.
Este año, además, se ha sumado el regreso de El Niño, un fenómeno cíclico que provoca el calentamiento de las aguas superficiales del océano Pacífico oriental ecuatorial, aporta calor adicional a la atmósfera y contribuye al aumento de las temperaturas globales. Su aparición está asociada a la alteración de los patrones meteorológicos habituales y a la proliferación de lluvias torrenciales en algunos territorios y de sequías en otros.
La concatenación de los gases de efecto invernadero y El Niño han disparado las temperaturas y han llevado a que este verano se hayan batido todos los récords. Por si eso fuera poco, la NASA advierte de que los mayores impactos de El Niño se esperan para los meses de febrero, marzo y abril de 2024.
Para acabar, Gavin Schmidt, climatólogo y director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales, ha explicado que el calentamiento global es un hecho y que sus consecuencias van a ir a peor si seguimos emitiendo dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera.