Microsoft y Sony han sellado un acuerdo vinculante en el que se establece que Call of Duty continuará publicándose en las consolas PlayStation durante los próximos 10 años. En el texto se determina, además, que se pondrá a la venta al mismo tiempo y tendrá los mismos contenidos que las versiones para Xbox.
Se pone fin de esta manera a la batalla judicial y mediática que ha enfrentado a ambas corporaciones en el transcurso del último año y medio después de que Microsoft anunciase en enero de 2022 la compra de Activision Blizzard por un montante de 69.000 millones de dólares.
Es importante remarcar que el compromiso entre ambas partes se circunscribe únicamente a Call of Duty. Quedan fuera otras franquicias clásicas de Activision Blizzard como Crash Bandicoot, Diablo, Guitar Hero, Tony Hawk, Spyro, World of Warcraft, Hearthstone, Overwatch o StarCraft, cuya presencia futura en las consolas de Sony es ahora mismo toda una incógnita.
El anuncio lo ha realizado Phil Spencer, CEO de Microsoft Gaming, que ha reiterado una vez más el compromiso de su compañía para ofrecer a los consumidores más opciones para acceder a sus juegos favoritos en tantas plataformas como sea posible.
El pacto se ha producido después de que la justicia estadounidense haya denegado la solicitud de la Comisión Federal de Comercio (FTC) de bloquear la compra de Activision Blizzard ante el temor de que pudiera afectar negativamente a la competencia en el sector de los videojuegos.
Anteriormente, la Unión Europea también había dado su visto bueno a la operación, como también lo han hecho todos y cada uno de los organismos reguladores de otros países y regiones que han revisado la adquisición. La única excepción ha sido la CMA del Reino Unido.
Una CMA que, dada la evidente posición de debilidad a la que se ha visto abocada tras las decisiones adoptadas en Europa y Estados Unidos, ha anunciado esta semana que se ha sentado a negociar con Microsoft para tratar de limar asperezas y llegar a un acuerdo.
Así las cosas, se da por descontado que Microsoft cerrará en unos días la compra de Activision Blizzard de manera definitiva, la mayor que se ha producido jamás en la historia de los videojuegos. Una operación que, irónicamente, la convertirá en la empresa desarrolladora externa más importante para las consolas PlayStation, superando a otros gigantes como Electronic Arts o Take-Two.