En la Gran Nube de Magallanes, una galaxia enana que forma parte del Grupo Local en el que también están la Vía Láctea y Andrómeda, se halla un vivero estelar que los científicos de la NASA apodan el Arrecife Cósmico debido a que su aspecto recuerda al de corales flotando en un mar de estrellas.
Fue descubierto en 1826 por James Dunlop, un astrónomo escocés que catalogó más de 7.000 estrellas y que años más tarde descubriría la galaxia lenticular Centaurus A. Esta región se encuentra a unos 163.000 años luz de distancia y se compone de dos nebulosas. La de mayor tamaño recibe el nombre de NGC 2014 y rodea a un cúmulo abierto formado por astros entre 10 y 20 veces más masivos que el Sol.
Su origen se debe precisamente a los vientos estelares que durante millones de años han expulsado gases de las capas superficiales de dichas estrellas hasta formar esta gigantesca nube de gas y plasma. Las zonas en tonos rojos están compuestas mayoritariamente por hidrógeno y nitrógeno, mientras que las azules denotan la presencia de oxígeno que se encuentra a temperaturas superiores a los 10.000 °C.
Mientras tanto, la nebulosa azul situada en la parte inferior de la fotografía es una región H II conocida con el nombre de NGC 2020. Fue creada por el gas procedente de una estrella de Wolf-Rayet gigantesca 200.000 veces más brillante que el Sol a partir de una serie de eventos cataclísmicos en los que perdió parte del material de su envoltura exterior.
La imagen que encabeza este artículo fue tomada por la Cámara de Gran Angular 3 que equipa el telescopio espacial Hubble, un instrumento científico que se instaló durante la misión STS-125 en octubre de 2008 y que permite captar el universo en el espectro visible.