Poco a poco las discográficas norteamericanas se están dando cuenta de que fastidiar a sus clientes, impedirles escuchar las canciones que compran tantas veces como quieran o no dejar que las lleven a sus reproductores portátiles es un pésimo negocio. Estas acciones hacen caer en picado la imagen que los consumidores tienen de los sellos discográficos como empresas y contribuyen a que cada día que pasa haya más usuarios que utilizan las redes P2P para bajarse películas y canciones a coste cero.
Uno de los grandes errores que han cometido las productoras musicales en los últimos años ha sido la adopción del DRM, con el que han pretendido limitar y restringir el uso que sus clientes hacen de las canciones que compran. Esta tecnología está presente en casi todas las tiendas de música de Internet, pero puede tener los días contados.
Sin ir más lejos, EMI, una de las mayores discográficas norteamericanas de la actualidad, va a dejar de utilizarlo en gran parte de su catálogo. La iniciativa cuenta con el apoyo nada disimulado de Steve Jobs, que en febrero publicó una carta abierta en la que criticó duramente el DRM y las consecuencias que estaba teniendo para la venta de música en Internet.
Así pues, y si no hay ninguna sorpresa de última hora, las canciones de EMI que se vendan a través de iTunes van a dejar de estar sujetas a limitaciones asociadas al DRM, una excelente noticia que va a poner contra la espada y la pared al resto de discográficas, a quienes no les va a quedar más remedio que dar un paso en el mismo sentido antes o después si no quieren perder clientes a mansalva.
Actualización: EMI acaba de emitir una nota de prensa en la que confirma que va a eliminar el DRM de sus canciones en iTunes. A cambio, eso sí, van a subir su precio: si antes costaban 99 céntimos cada una, a partir de esta semana pasan a valer 1,29 dólares.