A raíz de la publicación de los documentos que Microsoft ha hecho llegar al regulador británico de la competencia en los que defiende la compra de Activision Blizzard, niega que pueda tener consecuencias negativas para el sector y remarca que ha ofrecido contratos vinculantes a Sony, Nintendo y Nvidia en los que se compromete a lanzar Call of Duty en sus plataformas durante los próximos diez años, Sony ha emitido un comunicado en el que ha vuelto a reiterar su parecer en torno a esta situación.
En el mismo, la compañía japonesa indica que la oferta que le ha hecho llegar Microsoft “dañará de forma irreparable la competencia y la innovación en la industria”. Además, se muestra extremadamente escéptica de que “un acuerdo de este tipo pueda ser alcanzado y mucho menos supervisado y aplicado de manera eficaz”.
Unas críticas que se suman a las que ha venido realizando en los últimos meses, en las que ha manifestado su temor a que las futuras versiones de Call of Duty para la PlayStation 5 sean más caras, peores técnicamente o tengan un modo multijugador de menor calidad que las disponibles para la Xbox Series X/S y PC.
Su oposición firme y rotunda tiene como propósito convencer a los órganos reguladores del peligro que supondría para la libre competencia que una de las partes controlase una de las franquicias más importantes de los videojuegos.
Unos argumentos que durante un tiempo tuvieron el efecto deseado y llevaron a que tanto en Europa como en Estados Unidos se mostrasen reticentes a la adquisición, pero que han perdido fuerza a raíz de los acuerdos que Microsoft ha cerrado con sus competidores en los que se garantiza que Call of Duty llegará el mismo día y con los mismos contenidos al resto de plataformas.