El derrumbe en el consumo que se está produciendo a escala mundial debido a la compleja situación económica actual está teniendo consecuencias desastrosas para las empresas tecnológicas. Los ingresos de los gigantes del sector se han derrumbado en cuestión de meses y sus cargos ejecutivos están reaccionando anunciando despidos por doquier.
La última compañía en hacerlo es Dell, que va a enviar a 6.650 empleados a la cola del paro. Esta drástica decisión va a afectar a, aproximadamente, el 5% de su plantilla, y va a implicar que la compañía se quede con el número más bajo de empleados desde el año 2017.
Los motivos esgrimidos por Dell son muy similares a los que han utilizado el resto de empresas que han optado por prescindir de los servicios de miles de sus asalariados últimamente. Esto es: descenso importante de las ventas, consecuente caída de los ingresos, evaporación de los beneficios y unas previsiones muy aciagas para los próximos meses, en las que no se espera que la situación mejore de manera significativa.
De acuerdo a los datos que han publicado firmas de análisis de mercados como IDC, las ventas mundiales de ordenadores cayeron un 28% interanual durante el último trimestre en todo el mundo. Las de Dell lo hicieron aún más, y se desplomaron un increíble 37%, un porcentaje que habla por sí mismo.
Ante esta tesitura, el COO de Dell ha indicado que no les ha quedado otro remedio que acometer una reducción de gastos importante que ha pasado por estos despidos, con los que confían ahorrar entre 700 y 1.000 millones de dólares este año.
FOTOGRAFÍA: IT’S ME PRAVIN
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