En la constelación de Ofiuco, a unos 500 años luz de distancia de la Tierra, se encuentra una nebulosa oscura llamada Barnard 68. Tiene la particularidad de que las partículas de polvo interestelar que la conforman están recubiertas con monóxido de carbono e hidrógeno congelados, lo que impide el paso de la luz visible.
Debe su nombre al astrónomo estadounidense Edward Emerson Barnard, que la añadió a su catálogo de nebulosas en 1919. Su masa es el doble de la del Sol, mide aproximadamente medio año luz de diámetro y, al ser tan densa y opaca, su interior es muy frío, con temperaturas que llegan a alcanzar los 16 K, equivalentes a -257 °C.
Se estima que Barnard 68 sufrirá un colapso gravitatorio y se convertirá en una estrella durante los próximos 200.000 años. Pero mientras eso no suceda, los astrónomos han conseguido observar unas 3.700 estrellas situadas detrás de la misma con la ayuda del Very Large Telescope (VLT), un sistema de observación que se halla en el Observatorio Paranal, en Chile.
Uno de los cuatro telescopios que conforman el VLT, conocido con el nombre de Antu, es el responsable de la imagen que encabeza este artículo. Para captarla, los científicos hicieron uso de uno de sus instrumentos, llamado FORS 1, que incluye una cámara de luz visible con un reductor focal y un espectrógrafo de baja dispersión. En esas longitudes de onda, la nube bloquea completamente la luz y genera la sensación de que se está contemplando una región del Universo desierta de estrellas y galaxias.