Una estrella 20 veces más masiva que el Sol situada en la constelación de Cygnus explosionó hace entre 12.000 y 20.000 años en forma de supernova. Desde entonces, sus remanentes se han ido expandiendo y han dado lugar a la Nebulosa del Velo, una nube de gas caliente e ionizado situada a 2.400 años luz de distancia de la Tierra.
Se estima que, en el momento de su explosión, la supernova se pudo observar desde nuestro planeta a simple vista, incluso durante el día, y llegó a alcanzar un brillo superior al del planeta Venus. Desde entonces, se ha expandido a una velocidad aproximada de 1,5 millones de kilómetros por hora.
La fotografía superior fue captada por el Telescopio Espacial Hubble y muestra la zona oeste de la nebulosa. Esta región interestelar es conocida por ser una fuente de rayos X y ondas de radio. Además, el análisis de su estructura ha desvelado la presencia de oxígeno, hidrógeno y azufre en la misma.
La Nebulosa del Velo tiene un diámetro de 130 años luz y cada uno de los minúsculos filamentos que se aprecian en la imagen alcanza un grosor de unos 6.000 millones de kilómetros, aproximadamente la distancia media que separa a la Tierra de Plutón, lo que da una idea de su gigantesco tamaño.