Esta semana han dado inicio en Australia las labores de construcción del Square Kilometre Array (SKA), un ambicioso proyecto en el que participan 15 países y que tiene como objetivo la creación del mayor radiotelescopio del mundo.
El SKA está previsto que tenga un tamaño de 0,4 Km2 y que trabaje en el rango de frecuencias comprendidas entre los 50 MHz y los 14 GHz. El complejo dispondrá de 131.000 dipolos y 197 antenas parabólicas de 15 metros de diámetro que harán posible que sea mucho más sensible que los instrumentos disponibles en la actualidad.
Ello le permitirá detectar un teléfono móvil en el bolsillo de un hipotético astronauta situado en la superficie de Marte, a 225 millones de kilómetros de distancia.
La comunidad científica confía en que, una vez entre en funcionamiento a finales de esta década, permitirá estudiar las ondas gravitacionales y obtener información sobre el Universo que no se pueden conseguir con telescopios convencionales.
Para ello cuenta con un presupuesto de unos 1.900 millones de euros y la colaboración de institutos científicos y fondos públicos de, entre otros, Alemania, Australia, Canadá, China, España, Francia, India, Italia, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, Sudáfrica y Suiza.