Phil Spencer, CEO de la división de videojuegos de Microsoft, insinuó a finales de octubre que, una vez pasaran las navidades, se podrían ver forzados a aumentar el precio de la Xbox Series X/S y/o de sus juegos para compensar la elevada inflación y la escalada en los costes de fabricación a los que estaban teniendo que hacer frente.
Unas declaraciones que, vistas con la perspectiva que otorga el tiempo, se han convertido en premonitorias de lo que estaba por llegar. Y es que, hace unas horas, un portavoz de Microsoft ha revelado a IGN que, a partir del 1 de enero, van a subir el precio de los juegos desarrollados por sus estudios.
El representante del gigante de Redmond ha confirmado que, en Estados Unidos, los juegos pasarán a costar 70 dólares en lugar de los 60 dólares actuales. De esta manera, tendrán el mismo precio que los de la PlayStation 5. Aunque no se ha pronunciado acerca de la cantidad que deberemos pagar los europeos, todo apunta a que será de 79,99 euros, ya que eso es lo que valen aquí los juegos de la PS5.
Así pues, Halo Infinite, Forza Horizon 5 y Flight Simulator, por ejemplo, serán más caros con la llegada del nuevo año y los esperados Starfield, Redfall y Forza Motorsport, que está previsto que se lancen a lo largo de 2023, tendrán desde el principio unos precios más altos.
Es de recibo señalar que Sony y Microsoft no son las únicas compañías del sector que han optado por aumentar el precio de sus videojuegos, puesto que desarrolladoras como Ubisoft y Take-Two Interactive hace tiempo que hicieron lo propio.
De los grandes estudios de la actualidad, los únicos que, por el momento, no están siguiendo esta tendencia alcista son los que tienen su sede en Japón, como Capcom, Square Enix, Sega y, especialmente, Nintendo. Habrá que ver cuánto tiempo continúan sin hacerlo. A riesgo de equivocarme, mucho me temo que algunos de ellos no tardarán demasiado en anunciar subidas similares.