En los últimos tiempos, son muchos los personajes del mundo de los videojuegos que se están convirtiendo en protagonistas de películas y series de gran presupuesto. Super Mario Bros, Uncharted, Sonic, The Last of Us, Cyberpunk 2077, Tomb Raider, The Witcher, Pokémon: Detective Pikachu, Pac-Man o Resident Evil son algunas de las franquicias que ya han dado el salto, o están a punto de hacerlo, a la gran pantalla.
Es una tendencia que va a ir a más en los próximos años, una vez los estudios de videojuegos y la industria del cine han comprobado la gran cantidad de dinero que pueden ganar con estas producciones. A tal efecto, en el transcurso de los últimos meses se ha confirmado que se van a rodar películas basadas en Ghost of Tsushima, Gran Turismo, Just Dance, Metal Gear Solid, Minecraft, Pac-Man, Silent Hill, Yakuza, Borderlands, It Takes Two o Duke Nukem.
Curiosamente, la saga que todavía no ha desembarcado en el cine es Grand Theft Auto. Su temática, estética y fama mundial hacen de la misma una candidata idónea para hacerlo, pero por un motivo u otro Rockstar no se ha decidido a dar el paso.
Y no será por falta de oportunidades. Esta semana, por ejemplo, se ha sabido que, tras el éxito masivo que cosechó GTA III hace veinte años, estuvo encima de la mesa la posibilidad de adaptar su historia al cine en una película protagonizada por Eminem y dirigida por Tony Scott, conocido por largometrajes como Top Gun, Superdetective en Hollywood II, Días de Trueno o Enemigo Público.
Así lo ha confesado Kirk Ewing, un agente de Hollywood con una larga trayectoria a sus espaldas que participó en las negociaciones y que trató de ejercer de intermediario entre ambas partes. Por una razón que no se ha explicado, Rockstar descartó rápidamente dicha posibilidad y las negociaciones no fueron a más, de manera que nunca sabremos qué película podría haber surgido de un proyecto de tales características.