InSight es una misión de la NASA que consta de un módulo de aterrizaje robótico diseñado para analizar el subsuelo de Marte. Desde que se posó en su superficie el 26 de noviembre de 2018, ha utilizado los instrumentos que equipa para recopilar datos sobre la actividad sísmica del planeta, generar modelos en 3D de su interior y medir la transferencia de calor interna para estudiar la evolución geológica que ha seguido.
Además, nos ha proporcionado imágenes muy bellas de la Elysium Planitia, la llanura rodeada de volcanes en la que aterrizó. La energía para realizar estas tareas la ha obtenido de las dos grandes placas solares que incorpora, capaces de generar 4.588 W/h diarios en condiciones ideales.
Desafortunadamente, con el paso del tiempo la superficie de ambas se ha ido cubriendo de polvo marciano, lo que ha provocado que, poco a poco, haya ido disminuyendo la energía que generan, hasta el punto de que actualmente apenas si producen 500 W/h por día.
Esa cifra va a continuar disminuyendo de manera paulatina a medida que la capa de polvo acumulada siga aumentando, hasta el punto de que la NASA estima que en unas semanas no generará una cantidad suficiente como para seguir llevando a cabo su misión.
Hasta entonces, y con el objetivo de ahorrar tanta energía como sea posible, se han desactivado todos los instrumentos de Insight con la excepción del sismómetro, que es considerado como el que puede ofrecer información más valiosa de cuantos equipa.
Ello implica, entre otras cosas, que InSight no realizará más fotografías de la superficie de Marte. La última que tomó es precisamente la que he escogido para encabezar este artículo. Es del 6 de noviembre, y la hizo con la cámara que incluye en su brazo robótico.
La parte inferior del mismo aparece a la izquierda de la imagen, mientras que en la derecha se observa el sismómetro. Tal y como se puede apreciar, tanto el uno como el otro están cubiertos de polvo, el mismo inconveniente que afecta a las placas solares y que va a poner punto y final a esta misión.