A finales de septiembre, la sonda espacial DART se estrelló contra la superficie del asteroide Dimorphos a una velocidad de más de 20.000 Km/h. El impacto puso fin a una misión que tenía como propósito comprobar si era posible cambiar el rumbo de un cuerpo celeste, algo que en el futuro podría ser de vital importancia en caso de que se localizase un asteroide cuya órbita lo llevase a chocar contra la Tierra.
La NASA estimó que la colisión generó una energía de 11 gigajulios y redujo la velocidad orbital de Dimorphos de entre 1,75 y 2,57 cm/s, aunque remarcó que hasta que no se analizasen en profundidad los datos del impacto no se podría asegurar hasta qué punto varió el curso del mismo.
Pues bien, unas semanas más tarde, la agencia espacial estadounidense ha confirmado que DART ha alterado la órbita del asteroide, lo que supone un hito ya que es la primera vez que el ser humano modifica la ruta de un objeto del espacio.
Concretamente, antes del impacto, Dimorphos tardaba 11 horas y 55 minutos en orbitar en torno a Didymos, el asteroide de mayor tamaño con el que forma un sistema binario. En cambio, después de la colisión necesita 11 horas y 23 minutos, lo que implica que ha acortado su órbita en 32 minutos.
La NASA estableció que la órbita de Dimorphos debería experimentar un cambio de al menos 73 segundos para que la misión pudiese considerarse como un éxito. Una cifra que, a tenor de las mediciones realizadas, se ha superado ampliamente.
Para finalizar, la NASA ha transmitido un mensaje de tranquilidad y ha remarcado que ni Dimorphos ni Didymos representaban un peligro para la Tierra, antes o después de la colisión de DART.