El descenso histórico en las ventas de ordenadores que está acaeciendo durante los últimos meses está teniendo un efecto muy negativo en las cuentas de resultados de las empresas del sector, que tras unos años de bonanza económica se han encontrado de la noche a la mañana con un mercado claramente a la baja que no se prevé que recupere la normalidad hasta, al menos, mediados del año que viene.
Las consecuencias a una situación tan inesperada como desfavorable no se van a hacer esperar y, como suele suceder en estos casos, tiene toda la pinta de que van a afectar por encima de todo al eslabón más débil de la cadena: los trabajadores.
Según cuenta Bloomberg, Intel va a ser una de las primeras en tomar medidas drásticas al respecto y va a despedir a miles de trabajadores. El anuncio está previsto que se produzca a finales de mes, coincidiendo con la presentación del balance económico del tercer trimestre del año.
Un periodo en el que, con total seguridad, la compañía volverá a anunciar unos resultados decepcionantes marcados por unos ingresos que se situarán muy por debajo de las previsiones que hizo públicas unos meses atrás. Las causas son por todos conocidas: el hundimiento del mercado del PC, la crisis económica global que se atisba y el aumento de los costes asociados a la fabricación y distribución de los dispositivos electrónicos.
Aunque todavía se desconoce el alcance exacto que tendrá esta tanda de despidos, se apunta a que el departamento de márketing y ventas podría resultar especialmente afectado y ver reducida su plantilla en hasta un 20%.
Otras compañías tecnológicas como Oracle o Arm han tomado medidas similares en el transcurso de los últimos meses y se teme que no serán las únicas en hacerlo. En el otro lado de la balanza se encuentran Nvidia y Micron, que a pesar de haber visto reducidas sus cifras de ventas han hecho público que no tienen pensado reducir su masa laboral a corto plazo.