La época de vacas gordas ha llegado a su fin para la mayoría de compañías tecnológicas. Después de unos años en los que han vendido todo aquello que han fabricado y en los que se han llegado a encontrar con que la demanda superaba a su capacidad de producción, la crisis económica que se atisba en el horizonte y el fin de la pandemia han propiciado que las ventas de sus productos estén cayendo sustancialmente, y eso se está notando en sus cuentas de resultados.
Samsung ha anunciado esta semana un descenso del 32% en sus beneficios operativos y ha dejado entrever que la situación no va a mejorar a corto plazo. Tanto es así que Kyung Kyehyun, máximo responsable de la división de procesadores del gigante asiático, ha explicado que no prevé que el mercado vaya a mejorar durante este año.
Un panorama aún peor es el que está viviendo AMD, que ha dado a conocer que sus ingresos del último trimestre van a ser 1000 millones de dólares inferiores respecto a los que había proyectado. El descenso en las ventas de ordenadores y la contención en el gasto de los consumidores son las causas esgrimidas por ambas compañías para explicar sus malos balances económicos.
En el caso de AMD cabe sumar, además, el desplome de las criptomonedas, que ha inundado el mercado de tarjetas gráficas de segunda mano procedentes de mineros a quienes ya no les es rentable seguir dedicándose a este negocio y ha causado que el precio de las mismas caiga significativamente.
Un problema al que también está teniendo que hacer frente Nvidia, que en verano presentó unas cuentas decepcionantes que atribuyó a la situación de las criptomonedas. Así mismo, otras compañías del sector tecnológico como Micron Technologies y Kioxia Holdings ya han dejado entrever que sus balances de resultados no van a ser lo satisfactorios que se esperaba.
La caída en las ventas llega en el peor momento posible, después de que muchas de estas multinacionales hayan acumulado stocks gigantescos para hacer frente a la enorme demanda que existía y que ahora se ha evaporado. Ello va a provocar que, en los próximos meses, una de las prioridades más importantes dentro del sector vaya a ser el tratar de sacarse de encima estos inventarios masivos sin tener que rebajar los precios en exceso para evitar pérdidas millonarias.