Sony comenzó a vender a finales de agosto una revisión de la PlayStation 5, la segunda diferente desde que lanzó la consola a finales de 2020, que aunque no presenta ningún cambio a nivel estético respecto al resto de variantes sí que incluye novedades significativas a nivel técnico y de hardware.
Las consolas que forman parte de esta revisión se pueden distinguir del resto porque llevan el número de modelo CFI-1202A en el caso de la PS5 con disco Blu-ray y CFI-1202B en la versión digital.
Aunque la compañía japonesa no ha distribuido ninguna nota de prensa anunciando la llegada de esta revisión ni ha facilitado información sobre la misma, algunas de las personas que han adquirido una unidad las han desensamblado y han encontrado sorpresas muy interesantes.
Lo que más llama la atención de estas PS5 es que son significativamente más ligeras que las otras, hasta el punto de que pesan 600 gramos menos que el modelo original y 300 gramos menos que la primera revisión que se empezó a distribuir el año pasado. Ello se debe a que Sony ha reducido el tamaño del disipador de calor que refrigera el chip y lo ha hecho más pequeño y compacto.
La pregunta que muchos se venían haciendo en los últimos días era cómo había podido la compañía japonesa hacer más pequeño el sistema de refrigeración sin que la PS5 se sobrecalentase. La respuesta la han encontrado tras inspeccionar el microprocesador que incluye la CPU y el chip gráfico de la consola.
Sony utilizaba hasta ahora una versión del mismo conocida con el nombre de Oberon, que se fabrica con un proceso de 7 nanómetros, pero en esta nueva revisión ha pasado a utilizar una versión diferente llamada Oberon Plus que ha sido creado por TSMC con un nodo de 6 nanómetros.
El tamaño de este nuevo chip es de 260 mm2, mientras que el anterior ocupa un área de 300 mm2. Pero más allá de sus dimensiones, la gran ventaja que presenta es que, al utilizar un proceso de fabricación más avanzado, es más eficiente y emite menos calor, lo que ha permitido a Sony reducir el disipador y aligerar la consola.
Esta revisión de la PS5 ofrece exactamente el mismo rendimiento que los otros modelos, de manera que, desde el punto de visto de los consumidores, no hay ninguna diferencia entre tener una variante u otra. Pero para Sony, estos cambios sí que van a conllevar un beneficio significativo, ya que se estima que los costes de fabricación y distribución de cada consola van a bajar aproximadamente un 12%.
Esta circunstancia, unida a la reciente subida de precio de la PlayStation 5 en gran parte del mundo, van a suponer un aumento tanto en los ingresos como en los beneficios por cada unidad que se comercialice de ahora en adelante.