Júpiter se encontrará esta noche en oposición en relación a la Tierra, de manera que el gigante gaseoso aparecerá por el este cuando el Sol se ponga por el oeste, colocando a uno y otro en lados opuestos de nuestro planeta. Pero lo que hará de esta fecha una ocasión especial es que, además, coincidirá con el momento en el que Júpiter se situará en el punto más cercano respecto a la Tierra desde hace 59 años.
Los planetas no siguen un movimiento de traslación uniforme en sus órbitas elípticas alrededor del Sol, sino que se desplazan a mayor velocidad cuando se encuentran cerca del mismo. Ello hace que, normalmente, se crucen los unos con los otros en diferentes puntos de sus trayectorias y que sea muy poco habitual que la oposición entre ambos coincida con el instante en el que se hallan a la menor distancia posible.
Pero esta noche se darán ambas circunstancias, de manera que Júpiter se situará a 590 millones de kilómetros de la Tierra, algo que no se daba desde 1963. Para hacerse una idea de lo que ello implica, hay que tener en cuenta que hay años en los que se cruza con nosotros a distancias próximas a los 1000 millones de kilómetros.
Su cercanía hará que, en zonas alejadas de las grandes ciudades en las que haya buenas condiciones de observación, se pueda discernir el planeta y algunas de sus lunas en el cielo nocturno con la ayuda de unos buenos prismáticos. Para ver más detalles, como por ejemplo la Gran Mancha Roja, será necesario un telescopio con una apertura de al menos 100 milímetros.
Según la NASA, los aficionados a la observación astronómica tendrán vistas muy buenas durante varios días, puesto que su proximidad hará de Júpiter el segundo objeto celeste más brillante en el cielo, sólo por detrás de la Luna.