Los fabricantes de ordenadores están viviendo un 2022 para olvidar, con unas cifras de ventas muy por debajo de lo habitual y, lo que es peor, un mercado que no da signos de recuperación. Una situación que, de acuerdo a un informe que han presentado los analistas de IDC, no va a mejorar en lo que queda de año ni tampoco lo hará el próximo ejercicio.
Durante la primera mitad de 2022, las ventas globales de ordenadores han bajado un 12%, una caída que no se registraba desde hacía una década. La segunda parte del año no va a ser diferente, y el descenso se va a mantener en los mismos niveles porcentuales. Así las cosas, se estima que en total se van a vender 305,3 millones de unidades, lo que supone una bajada de 43,5 millones respecto a los 348,8 millones que se registraron en 2021.
Según IDC, el año que viene los descensos seguirán a la orden del día, aunque serán más moderados y se situarán en torno a un 2,3%. No será hasta 2024 cuando el mercado rebotará y empezará a crecer de nuevo, aunque de manera muy ligera.
Al igual que sucede en tantos otros sectores que se están viendo afectados por el panorama económico actual, el incremento sostenido en las ventas no se producirá hasta que se aleje la amenaza de recesión a nivel mundial, se reduzca la inflación y crezca la confianza de los consumidores.