El descenso tan pronunciado en las ventas de teléfonos móviles y de ordenadores que se está produciendo en lo que llevamos de 2022 ha propiciado que, por primera vez en mucho tiempo, haya un excedente de memorias flash en el mercado.
Ello está provocando que los fabricantes de este tipo de productos estén bajando mucho los precios mayoristas para intentar desprenderse del inventario acumulado. Unas rebajas que se prevé que sigan intensificándose y puedan llegar a superar el 30% durante este trimestre.
Esta situación va a tener consecuencias muy beneficiosas para los consumidores, ya que las memorias flash son un componente esencial de las unidades de estado sólido, más conocidas como SSD.
Hasta qué punto las empresas del sector reflejarán estos ahorros en los dispositivos que comercialicen en los próximos meses es algo que todavía está por ver, pero, aunque sólo lo hagan parcialmente, deberíamos ver una rebaja sustancial en los precios antes de que finalice el año.