En la constelación de Canis Maior, a 12.000 años luz de la Tierra, se encuentra NGC 2359, una nebulosa de emisión conocida popularmente con el nombre de Casco de Thor debido a que las estructuras arqueadas que parten del bulbo central recuerdan al yelmo de un guerrero vikingo.
Esta nebulosa tiene un diámetro de 30 años luz y en el centro de la misma se halla la estrella WR7, que es 13 veces más masiva y 229.000 veces más brillante que el Sol. Se trata de un astro muy caliente, con una temperatura en su superficie de aproximadamente 112.200 Kelvin y los científicos creen que se encuentra en una etapa previa antes de convertirse en una supernova.
El origen del Casco de Thor tiene su origen precisamente en WR7, que registra una gran pérdida de masa estelar que se propaga a gran velocidad con la ayuda del viento estelar. Concretamente, se estima que deja escapar 7 × 10-5 masas solares cada año que se van dispersando a su alrededor a velocidades que alcanzan los 1.545 Km/s, dando lugar a la nebulosa tal y como la vemos.