Cuando apenas han transcurrido diez días desde que la NASA hizo públicas la primera serie de imágenes tomadas por el telescopio espacial James Webb, los investigadores que las están examinando ya han descubierto hasta cinco galaxias primigenias que se formaron apenas unos cientos de millones de años después del Big Bang.
Una de ellas, denominada GLASS-z13, se cree que se originó hace 13.500 millones de años, sólo 300 millones de años después del Big Bang. Esta circunstancia la convierte en la galaxia más lejana jamás observada, superando a GN-z11, que fue descubierta por el telescopio espacial Hubble en 2016 y se estima que se formó hace 13.400 millones de años.
Tan o más increíble que la distancia a la que se encuentran ambas galaxias es que los fotones de una y otra han viajado a través del espacio de manera ininterrumpida durante miles de millones de años hasta llegar a nosotros, ofreciéndonos ahora la posibilidad de mirar atrás en el tiempo y contemplar cómo eran y dónde estaban hace más de 13.000 millones de años.
Una eternidad que, de acuerdo a la teoría de la relatividad, habrá sido instantánea para estos fotones, ya que los objetos que viajan a la velocidad de la luz no experimentan el paso del tiempo.