Las ventas mundiales de automóviles eléctricos está previsto que superen este año los 6 millones de unidades, un 98% más que las cifras que se registraron en el 2020. Se trata, no hace falta decirlo, de un mercado que está experimentando un crecimiento formidable y que lo seguirá haciendo en los próximos ejercicios.
Los beneficios medioambientales asociados a la utilización de este tipo de vehículos y el hecho de cada vez haya sectores más amplios de la población preocupados por los efectos que el cambio climático va a tener en nuestras vidas está favoreciendo su adopción. Reducir la contaminación ambiental y mitigar la emisión de gases de efecto invernadero son factores que están impulsando las ventas de coches eléctricos en detrimento de los de gasolina o diésel.
Hay aspectos en los que los automóviles tradicionales son superiores a los eléctricos. La autonomía de estos últimos es todavía insuficiente y los tiempos de recarga demasiado elevados. Los seguros también son considerablemente más altos en relación a los vehículos de gasolina debido a los mayores costes de reparación de los eléctricos. Y es que no hace falta decir que el precio para un Jeep en una aseguradora es mucho más atractivo que el de un Tesla.
Pero a pesar de estos inconvenientes, razonables por otra parte en un sector relativamente nuevo, si algo está claro a estas alturas es que el futuro de la industria del automóvil es eléctrico. De hecho, la Unión Europea, China y California se están planteando prohibir la venta de coches con motores de combustión interna en sus territorios a partir de 2035 y a nadie escapa que otros países van a dar pasos similares a no mucho tardar.
A tal efecto, compañías como Ford, Mercedes y Volvo ya han comunicado de manera oficial que todos los coches que vendan en Europa a partir del año 2030 serán eléctricos. Quieran o no, el resto de fabricantes deberán hacer lo propio si quieren seguir comercializando sus productos en mercados claves como el europeo, el norteamericano o el asiático.
Así pues, en un plazo máximo de 14 años todos los coches que se vendan en dichos territorios serán eléctricos. Para lograr ese objetivo, las grandes empresas del sector tienen previsto lanzar decenas de modelos eléctricos que irán sustituyendo paulatinamente a los de combustión interna que comercializan actualmente.
Si echamos una ojeada a las cifras que arroja el mercado, vemos cómo los vehículos 100% eléctricos representan el 7,6% de las ventas globales en lo que llevamos de 2021. Los híbridos suponen un 2,6% adicional, de manera que entre ambos suman un 10,2%. El año pasado por estas mismas fechas dicho porcentaje era de aproximadamente la mitad.
A nadie escapa que para que esas cifras sigan creciendo y se complete la transición será necesario que tanto los fabricantes como los gobiernos acometan inversiones gigantescas, empezando por la creación de una red de puntos de recarga estandarizada que ahora mismo es a todas luces insuficiente y, en amplias regiones, casi inexistente.
Queda mucho trabajo por delante, pero se están dando pasos significativos al respecto que van a allanar el camino para que a no mucho tardar circulemos por carreteras en las que la totalidad de los vehículos que nos encontremos sean eléctricos.