El pasado mes de abril se cumplieron 30 años desde que el telescopio espacial Hubble comenzó a orbitar alrededor de la Tierra. Un periodo en el que nos ha brindado algunas de las imágenes más hermosas que jamás hemos contemplado del Universo.
Su sistema óptico ha capturado panorámicas nunca antes observadas de planetas del Sistema Solar como Marte, Júpiter, Saturno, Urano o Neptuno, pero también de algunas de sus lunas, como es el caso de Europa, Io, Ganímedes o Ariel.
Además, ha captado galaxias, nebulosas, supernovas o agujeros negros y los datos que ha aportado han sido básicos para realizar grandes descubrimientos, tales como determinar la edad del Universo, entender el sistema de estaciones en otros planetas o establecer el tamaño y la masa de la Vía Láctea.
El impacto que ha tenido en el campo de la astronomía ha sido, y continúa siendo, gigantesco. De ahí que me haya llamado mucha la atención la imagen compuesta que he encontrado esta tarde y que encabeza este artículo, ya que muestra de una manera muy descriptiva el tamaño de Hubble y permite que cualquier persona se pueda hacer una idea inmediata de las notables dimensiones del telescopio espacial.
Concretamente, el Hubble mide 13,2 metros de longitud, una cifra muy similar al tamaño medio de un autobús, si bien los 4,2 metros de diámetro máximo de su espejo hacen que sea considerablemente más ancho y alto.
Pero si el Hubble ya es grande, aún lo es más el Telescopio Espacial James Webb, que si no se produce un enésimo retraso será lanzado a finales del año que viene. Y es que su espejo está compuesto por 18 segmentos hexagonales que combinados alcanzan un diámetro de 6,5 metros y empequeñecen al del venerable Hubble: