Las misiones científicas que han realizado la NASA y la ESA en Marte en los últimos años han demostrado la existencia de agua en el planeta rojo. La mayor parte se encuentra en forma de hielo en los casquetes polares, aunque también hay pequeñas cantidades en la atmósfera y en el suelo marciano.
Se estima que hay más de 5 millones de kilómetros cúbicos de hielo en ambos polos, una cantidad que sería suficiente como para sumergir su superficie bajo 35 metros de agua. Además, es muy posible que haya más depósitos que todavía no han sido descubiertos en las observaciones que se han llevado a cabo.
A raíz de estos descubrimientos, el artista Kevin Gill ha imaginado cómo sería Marte si algún día encontrásemos depósitos aún mayores de agua y la tecnología futura nos permitiera terraformarlo, de tal manera que pudiésemos crear océanos similares a los que tenemos en la Tierra.
La imagen que ilustra este artículo muestra el aspecto hipotético que tendría el planeta en esas circunstancias si se observase desde unos 10.000 kilómetros de distancia respecto a su superficie. En la misma podemos contemplar su hemisferio oeste, en el que destaca el Monte Olimpo, que con sus casi 22 kilómetros de altitud es la segunda montaña más alta del Sistema Solar, así como los picos Tharsis Montes y el sistema de cañones Valles Marineris.
Las nubes de la atmósfera, las texturas y los colores de las distintas regiones marcianas son representaciones artísticas que podrían muy bien diferir de las que tendrían en un escenario real, pero permiten hacerse una idea de cómo sería Marte si en el futuro consiguiésemos terraformarlo.