El 27 de febrero se puso en marcha un concurso dotado con un premio de 13.000 dólares que se entregaría a la primera persona o grupo que consiguiera ejecutar Windows XP en un MacBook Pro. Para sorpresa de propios y extraños, en apenas 15 días apareció un ganador que logró el objetivo propuesto y se hizo con el dinero acumulado.
Os explico esto porque Apple acaba de presentar oficialmente una aplicación llamada Boot Camp que permite instalar Windows XP en cualquier Mac impulsado por un microprocesador de Intel. Además incluye los drivers necesarios para que no haya problemas con los periféricos que equipan los equipos de la compañía de la manzana.
Una vez completado el proceso, se puede elegir entre ejecutar Mac OS X o Windows XP de forma nativa.
Apple ha aprovechado la llegada de Boot Camp para anunciar que esta tecnología vendrá incorporada de serie en Leopard, la próxima versión de Mac OS X que saldrá a la venta.