Este año se ha cumplido el 30º aniversario desde que se puso a la venta el primer teléfono móvil, el Motorola DynaTAC 8000X. Tenía unas dimensiones de 33 x 4,45 x 8,9 centímetros, pesaba 0,79 kilogramos y su precio era de nada más y nada menos que 3.995 dólares. A pesar de lo revolucionario de su concepto, el hecho de que saliera a un precio tan elevado, sumado a sus limitadas prestaciones y a la escasa cobertura de entonces hizo que, a diferencia de lo que sucede con los modelos actuales, fuera visto como una excentricidad, como un juguete para ricos de dudosa utilidad y pasara inadvertido para gran parte de los consumidores.
Ni que decir tiene que en las tres décadas que han transcurrido desde entonces, la percepción que el público tiene de la telefonía móvil ha cambiado por completo y los smartphones se han convertido en unos dispositivos imprescindibles para miles de millones de personas. Las mejoras que han experimentado durante todo este tiempo en prestaciones, diseño, tamaño y peso han sido abismales, hasta el punto de que alguien que viniera de 1984 estoy convencido que no reconocería un teléfono móvil actual. La fotografía superior es un claro ejemplo de ello.
En la misma aparecen algunos de los terminales más icónicos que se han comercializado jamás. De izquierda a derecha, vemos el DynaTAC 8000X, el Motorola MicroTAC, el Motorola StarTAC, el Ericsson KF788, el Nokia 8260, el Ericsson T39, el Sony Ericsson T610, el iPhone 4 y el Samsung Galaxy Note.
Como se puede ver, la evolución constante que se ha producido en este sector ha sido mayúscula. Sirva pues esta imagen como homenaje a unos dispositivos que han cambiado para siempre la forma en que nos comunicamos e interrelacionamos con los demás.