Desde muy pequeños hemos aprendido que en el vacío del espacio exterior no existe sonido al no disponer éste de un medio material en el que propagarse. Debido precisamente a estas enseñanzas, es lógico que cuando pensamos en la inmensidad del universo lo asociemos indefectiblemente al silencio más absoluto y a que, por añadidura, podamos llegar a creer que en la Estación Espacial Internacional sucede lo mismo.
Un error éste último que el comandante Chris Hadfield, un astronauta canadiense que se encuentra a bordo de la Estación Espacial Internacional desde el 21 de diciembre, ha querido desmentir con la publicación del siguiente documento de audio en el que se recoge el ruido que generan los dispositivos con los que se realizan los experimentos a bordo de este laboratorio situado a una altitud de entre 330 y 410 kilómetros: