El 16 de julio de 1969, la misión Apolo 11 partió desde Cabo Cañaveral con los astronautas Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins a bordo. Su objetivo: llevar por vez primera al ser humano a la Luna. A las 20:17:39 h UTC del 20 de julio, el modulo lunar Eagle con Armstrong y Aldrin se posa sobre la superficie de nuestro satélite mientras Michael Collins continúa en órbita en el módulo de mando y servicio.
Unas horas más tarde, exactamente a las 02:56:20 h UTC del 21 de julio, el comandante Armstrong baja las escalerillas del LEM y hace historia al convertirse en la primera persona que camina sobre la Luna. Para el recuerdo queda la frase que pronuncia en ese momento: «Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad» (That’s one small step for [a] man, one giant leap for mankind»).
Durante décadas se había creído que esas palabras surgieron del imaginario de Armstrong de manera espontánea mientras se hallaba en el módulo lunar Eagle aguardando su inminente paseo sobre la Luna puesto que así lo mantuvo siempre el astronauta estadounidense en las numerosas entrevistas que ofreció a lo largo de su vida e incluso en la autobiografía que publicó.
Pero ahora, 43 años después del alunizaje, un documental de la BBC titulado Neil Armstrong – First Man on the Moon pone en duda tal afirmación. Y lo hace merced a unas declaraciones que ha efectuado Dean Armstrong, hermano de Neil, en las que explica que meses antes de la misión Apolo ambos charlaron sobre este tema.
En el transcurso de las conversaciones, Dean admite que su famoso hermano le mostró una nota escrita a mano que contenía el mensaje That’s one small step for [a] man, one giant leap for mankind», exactamente el mismo que millones de personas escucharon un 21 de julio de 1969 en sus televisores mientras contemplaban la conquista de la Luna por parte de la especie humana.
Historiadores y expertos en la materia habían dado siempre por buenas las explicaciones de Neil Armstrong acerca del origen de la frase de marras y así lo habían plasmado en las decenas de obras publicadas sobre su vida y la conquista del espacio en general.
Pero las sorpresivas manifestaciones de su hermano siembran ahora ciertas dudas sobre este tema y muestran que incluso en cuestiones tan nimias y poco trascendentes como la que nos ocupa, el puntito de vanidad inherente al ser humano puede hacer que mantengamos contra toda lógica y durante años pequeñas e inofensivas mentiras como parece que Armstrong hizo para agrandar aun más si cabe su figura.