En la primavera de 1921, la región del Idel Ural rusa padeció una terrible hambruna que se extendió hasta 1922 como consecuencia de una gran sequía, una mala planificación económica y la interrupción de la producción agrícola por parte de los campesinos ante el temor de que los bandos enfrentados en la Guerra Civil Rusa que se libraba en aquellos momentos les robaran el grano.
Con el paso de los meses la situación se tornó catastrófica, hasta el punto de que las estimaciones actuales apuntan a que ese año murieron aproximadamente 5 millones de personas por inanición. Tal debacle dio lugar a casos como el de la impactante fotografía que encabeza este artículo, en el que personas que malvivían en condiciones miserables optaron por practicar el canibalismo, especialmente con niños indefensos, para sobrevivir.