Una corte de Hamburgo ha ordenado a Rapidshare que redoble sus esfuerzos para eliminar las películas, libros y canciones que sus usuarios comparten con la comunidad internauta, en una decisión que sigue el criterio marcado con anterioridad en otras instancias inferiores.
De acuerdo a la sentencia, los administradores de Rapidshare deben implementar las medidas que sean pertinentes para monitorizar los contenidos que se suben a sus servidores y, en caso de que estos incumplan la legislación en materia de derechos de autor, borrarlos antes de que pasen a estar disponibles para descargar.
Esta resolución es la última de un caso cuyos orígenes se remontan al año 2009, cuando la Gesellschaft für musikalische Aufführungs- und mechanische Vervielfältigungsrechte (GEMA), una entidad que agrupa a compositores, cantantes y discográficas alemanas, acudió a los tribunales para que Rapidshare eliminara las canciones de sus representados. El dictamen fue favorable a sus intereses, como también lo fueron otros 2 que se emitieron tras sendas apelaciones que presentó Rapidshare.
Tras esta nueva derrota judicial, y ya van 4 seguidas, los responsables de Rapidshare han explicado que aún no han decidido si volverán a recurrir el veredicto. Sea como fuere, parece más que evidente que antes o después deberán implementar medidas radicales para poner freno a las descargas de material protegido si quieren que su empresa siga en funcionamiento muchos años más.