Ted Stevens es un personaje singular. Miembro del partido republicano, es senador estadounidense por Alaska desde 1968, y como tal en los últimos meses ha mostrado su oposición frontal al concepto de Neutralidad en la Red, vigente desde el mismo nacimiento de Internet y que establece que todos los sitios deben ser tratados de igual manera por las compañías de telecomunicaciones que suministran el acceso a Red.
El año pasado tuvo su minuto de gloria cuando, tratando de justificar su voto en contra de la Neutralidad en la Red, dejó para la posteridad enunciados magistrales como estos:
- «Internet es un conjunto de tubos»
- «El viernes pasado miembros de mi equipo me enviaron un Internet a las 10 de la mañana y ahora ya lo tengo»
- «Las personas que se bajan 10 ó 12 películas de golpe o incluso UN LIBRO ENTERO no son consumidores sino proveedores de Internet»
Ávido de fama, este buen hombre no ha querido dejar escapar la oportunidad de volver a ocupar portadas en medios de comunicación de medio mundo y para ello no se le ha ocurrido nada mejor que presentar un proyecto de ley que en caso de tirar adelante obligaría a que las escuelas y bibliotecas que reciben fondos del estado bloqueen el acceso a la Wikipedia, MySpace y, en general, a todo tipo de redes sociales en las que prima la interactividad con sus usuarios.
Stevens considera que es la mejor manera de acabar con la pornografía infantil y de proteger a los jóvenes de los pederastas que aprovechan ese tipo de sitios para contactar con menores.
Quiero creer que este proyecto no tirará adelante, pero lo que no deja de tener su aquél es que señores que han demostrado un desconocimiento absoluto de lo que es Internet sean los que tengan en sus manos el futuro de la Red.