Anthony Toth siente desde pequeño una pasión indescriptible hacia todo lo que tenga que ver con la Pan Am, la que durante décadas fuera la aerolínea más importante de Estados Unidos hasta que la desastrosa gestión de sus dirigentes la abocó a la quiebra a finales de 1991. Tanto que hace 2 años se compró una casa con un garaje de grandes proporciones con una única idea en mente: recrear en su interior una réplica exacta de una cabina de primera clase de esta compañía.
No fue una ocurrencia que le viniera a la cabeza de un día para otro. Llevaba 18 años comprando y almacenando todos y cada uno de los objetos con que llevaría a cabo su proyecto. En ese tiempo había entrado en innumerables ocasiones en aviones desvencijados de la Pan Am para estudiar al milímetro cómo eran y cómo estaban organizadas las zonas destinadas a los viajeros más pudientes.
Su obsesión venía de muy atrás, cuando siendo aún un niño realizaba viajes transoceánicos acompañado de sus padres para visitar a familiares que vivían en Europa. De hecho, en una ocasión fue hasta Tailandia para comprar unos auriculares originales de esta compañía aérea. Ahora, finalmente, ha visto realizado su anhelado sueño. En fin, hay gente pa tó, que diría aquél