El 3D está de moda. Los grandes fabricantes de televisores han visto en esta tecnología una oportunidad de oro para repetir el éxito arrollador que han cosechado entre los consumidores con la alta definición y están apostando decididamente por las 3 dimensiones.
No son los únicos. Acer, Asus Toshiba o Lenovo, bien es cierto que a una escala menor, también han lanzando al mercado este año ordenadores portátiles dotados de pantallas en 3D confiando en que el efecto Avatar impulsaría sus ventas.
Se han equivocado de lleno. Un estudio que ha presentado esta semana DisplaySearch apunta que las ventas de estos equipos no están siendo nada buenas en lo que llevamos de 2010. Y es que en unos tiempos en que existe una amplia gama de portátiles con precios situados en torno a los 600-700 euros, no son muchas las personas dispuestas a gastarse más de 1.000 por unos modelos cuyo único valor añadido resulta la pantalla en 3 dimensiones.
De ahí que actualmente sólo se estén vendiendo mensualmente unos 10.000 portátiles de este tipo, una cifra que pone de manifiesto que los fabricantes no están sabiendo cómo llegar a las masas y conseguir que compren estos equipos. Siempre según los datos que maneja DisplaySearch, en el conjunto de este año se prevé que se despachen unas 180.000 unidades, lo que supondría un 0,08% del mercado total. Las previsiones para el 2011, aunque mejores, tampoco suponen ninguna revolución: ventas de 611.000 portátiles 3D y un 0,23% del pastel.
Pero si el precio supone una barrera evidente a la adopción de esta tecnología, lo mismo sucede con la falta de contenidos disponibles. Hay pocos juegos, aplicaciones, películas, series o programas que saquen partido a las 3 dimensiones y justifiquen la compra de estos equipos.
En contra de la corriente que sostenía que las 3D arrasarían desde un principio, las cifras ponen de manifiesto que para que eso suceda primero deberán bajar los precios, aumentar los contenidos y mejorar las prestaciones. Vamos, lo lógico en estos casos.