
Es una de las fotografías más impactantes que he visto en mi vida. Fue tomada por Mike Wells en Karamoja, una región del noreste de Uganda, en abril 1980 y muestra en un mismo plano las manos de un misionero y de un chico desnutrido. Pocas veces una instantánea ha conseguido plasmar de tal manera el drama de la hambruna y la desnutrición infantil:
Esta imagen fue escogida como la mejor fotografía del año por la World Press Photo en 1980.