El Instituto Federal de Tecnología de Zurich ha creado una serie de pequeños robots autónomos de aspecto hexagonal que, además de funcionar de manera independiente, pueden ensamblarse los unos con los otros y actuar como si formaran una unidad.
Estos módulos disponen de unos sensores infrarrojos con los que comunican su posición al resto del grupo y, a pesar de su aparente simplicidad, son capaces de desplazarse sobre el suelo e incluso de volar de manera coordinada, de tal manera que si una vez en el aire el conjunto se inclina hacia uno de los costados, los robots de ese lado generan un mayor impulso para enderezar la marcha:
Los ingenieros que se han encargado de su desarrollo afirman que hasta la fecha han conseguido ensamblar 4 prototipos para hacerlos trabajar como un único individuo, pero que virtualmente no existe límite alguno en el número de módulos que se podrían unir.