Desde hace casi una década, un liberiano de 36 años llamado Alfred Sirleaf se dirige todas las mañanas a un cobertizo de madera contrachapada blanco situado en la Tubman Boulevard, una de las principales avenidas de Monrovia, y dedica las siguientes horas a transcribir en una pizarra, y con la única ayuda de una tiza, las noticias más interesantes que encuentra en la media docena de periódicos que compra diariamente.
En un país que se ha visto inmerso en 2 sangrantes guerras civiles en los últimos 20 años que han devastado su economía, en el que existe una tasa de desempleo del 88% -la segunda más alta del mundo- y en el que cientos de miles de personas sufren de malnutrición, Sirleaf trabaja para tratar de mantener informados a aquellos que no pueden comprar un diario, un televisor o acceder a Internet.
Dado que la tasa de alfabetización es bajísima, ha ideado un sistema en el que combina el texto con dibujos y símbolos para hacer llegar las noticias al mayor número de personas posible. Así, cuando publica una noticia referente a las fuerzas de pacificación de las Naciones Unidas, cuelga un casco con el logotipo de esta institución en un poste situado al lado del cobertizo para que los transeúntes puedan entender con mayor facilidad los temas que aborda.
En el interior de una minúscula habitación redacta meticulosamente las noticias del día, en un proceso que le lleva varias horas. Cuidadosamente dibuja finas rayas de colores en la pizarra para asegurarse de que las líneas que escribe no le salen torcidas. En lugar de un procesador de textos avanzado, hace uso de un diccionario hecho jirones con el que revisa y corrige las faltas que pueda cometer, mientras que las fotografías que acompañan las historias de los blogs y medios de comunicación tradicionales son sustituidas por viejos pósters y folletos que va recopilando.
En sus escritos mezcla el inglés con la jerga que hablan los nativos de Liberia. «Hay que llegar a la gente de la calle», sostiene Sirleaf. De ahí que si se encuentra con una noticia de último minuto que considera de especial trascendencia escriba en grandes caracteres el título ‘Breaking News’ acompañado del texto.
Una de las últimas veces que lo hizo fue para relatar la detención del señor de la guerra y genocida Charles Taylor, quien dicho sea de paso se encuentra actualmente en la Corte Penal Internacional de La Haya siendo juzgado por crímenes contra la humanidad.
En lugar de reporteros profesionales a sueldo, cuenta con amigos que le informan ya sea de palabra o mediante mensajes de texto a su móvil de los sucesos que presencian. Más o menos como lo que hacemos muchos en Internet… pero sin Internet, claro
Alfred Sirleaf subsiste gracias a los 5 dólares que cobra a las empresas y particulares que quieren colocar un pequeño anuncio de su negocio bajo la pizarra, a la venta de tarjetas de prepago para terminales móviles y a los regalos y aportaciones en metálico que recibe de las personas a las que mantiene informadas diariamente. La suya es una historia de película: